Carmen Monzonís Valero siguió emocionada la
intervención de su mantenedora desde la Cadira d'Or
Después que nuestra máxima representante del mundo fallero infantil recibiera el homenaje floral de todos los estamentos y colectivos de la Comunitat Valenciana, llegó el momento en que la que fuera la Fallera Mayor de Valencia de 1988 y finalista del Planeta 2007, Marta Querol Benèch, exaltara a Carmen Monzonís como mantenedora del acto.
Carmen recordó de la mano de su mantenedora algunos de los momentos más importantes de su vida, como por ejemplo cuando compartió reinado con su madre y su hermana como falleras mayores de su comisión destacando el regalo que le hizo cuando le cedió su sitio para presentarse a la preselección.
También dirigió unas palabras hacia las doce componentes de la Corte de Honor Infantil, describiendo brevemente a cada una de ellas a través de curiosos detalles y anécdotas contados por la propia Carmen, que arrancaron sus mejores sonrisas.
Al finalizar su parlamento, que os adjuntamos a continuación, y según el acuerdo de Junta Central Fallera, recibió de manos de Carmen Monzonís, el Bunyol d'Or Honorífic como mantenedora del acto de Exaltación de la Fallera Mayor Infantil de Valencia de 2011.
DISCURSO DE MARTA QUEROL BENÈCH, MANTENEDORA DE LA FALLERA MAYOR INFANTIL DE VALENCIA 2011
Excel•lentíssima Senyora Alcaldessa, Il•lustríssim senyor Regidor de Festes y Cultura Popular, digníssimes autoritats, Presidents i Falleres Majors de les Comissions infantils de València, amics del món faller, molt bona vesprada a tots.
Enhorabuena, Carmen, y feliz reinado.Valenciana i fallera fins a la medul•la com sóc, vaig sentir de colp una sensació entre l'emoció i la incredulitat que em va fer acceptar la seua petició sense pensar-ho. Perque, ara que no ens escolta ningú… Vos imagineu com es queda una quan li diuen que l'Alcaldessa està al telèfon? Bueno, no tan impressionada com Carmen quan la va cridar, però vos assegure que molt, molt impressionada.
Superat el primer impacte i un poc més tranquil•la, em van vindre dos coses al cap. La primera, que el destí ens oferix sorpreses que mai t'imagines. Perquè, qui m'anava a dir a mi que tornaria a xafar un escenari privilegiat com este, i que ho compartiria amb la néta dels que em van acollir quasi com a una filla quan era xiqueta?
Perque com Carmen ja sap, vaig passar els meus primers anys, fins que vaig ser un poquet més major que ella en el col•legi que van fundar els seus iaios, i part de la persona que sóc és fruit del que allí vaig aprendre.
La segona cosa que em va vindre al cap va ser si seria capaç de transmetre als presents, sobretot a vosatres, als més xicotets, qui és, qui són, Carmen i la seua Cort d'honor, i què suposa la responsabilitat que els ha sigut otorgada. I ho faré en castellà, perquè segur que així m'enteneu tots.
Pensad que hace solo un año estaban casi todas ellas sentadas ahí mismo, donde ahora estáis vosotros mirándolas, y lo que ahora están viviendo era para ellas un sueño muy lejano, un imposible, como seguramente os lo parezca a vosotros.
Y es que nuestra fiesta es tan mágica y especial que convierte en reinas a niñas y jóvenes enamoradas de sus tradiciones, transforma las cosas criticables y feas en monumentos llenos de gracia e ingenio y renace de sus cenizas desde hace más de 200 años. ¿Os imagináis?
Tiene una larga historia en la que vosotros, los niños, desempeñáis un papel fundamental. Lo hicisteis en el pasado, con el Cant de l'estoreta que tanto le gusta a Carmen, y lo hacéis ahora con cada actividad en la que participáis en vuestras Comisiones, consiguiendo que la fiesta viaje al futuro de vuestra mano como lo hizo hasta vosotros desde el pasado. Sois una mágica máquina del tiempo en la que, como en una carrera de relevos, lleváis el testigo de nuestra Fiesta de una generación a la siguiente.
Y el mejor reflejo de esa fuerza, de esa vitalidad viajera en el tiempo, son las trece niñas que cada año nos representan y a las que hoy rendimos pleitesía. Para ellas, que acaban de recorrer el pasillo más emocionante de su vida, hoy se le pone el broche de oro a un sueño que empezó a hacerse realidad un 18 de septiembre, cuando en la Fonteta escucharon sus nombres junto al de Laura y otras doce jóvenes extraordinarias a las que tengo muchísimo cariño.
Dicen que el trece da mala suerte, pero yo dejé de creerlo el día en que también formé parte de un maravilloso grupo de trece que llevo y llevaré en mi corazón, y me imagino que a vosotras, protagonistas de esta tarde de emociones, os habrá pasado lo mismo.
Ahora sois trece estrellas, más cerca de tocar el cielo de lo que lo habéis estado nunca, y cuando el año acabe tendréis un baúl lleno de luz, vuestra luz, que os iluminará el futuro con bellos recuerdos. Sé que será así, porque así me lo hizo sentir Carmen cuando me habló de vosotras, sus doce compañeras, y porque así lo dice vuestra canción: vais a por todas. Tal cual os describía Carmen me imaginé doce chispas a su alrededor, brillantes, bellas, inquietas, únicas.
Unas son capaces de encender la pólvora, pura traca, revolucionándolo todo como el terremoto final de una mascletá. Así son la pequeña Akzara ―excelente pintora, según me contó―; Marina, a la que ni las muletas la han podido frenar, y Carla Huete (o "Cacahuete" como le gusta que la llamen).
También Alba pertenece a la especie "terremotus fallerus", pero ella desde el lado de la organización, siempre proponiendo cosas nuevas. Otras, en cambio, son la serenidad. Como Inés y María, que aportan con su sonrisa dulce cordura y tranquilidad; siendo ese sosiego tan necesario a veces.
Blanca y Alicia engañan con esa mirada felina y traviesa, porque son todo bondad y siempre están dispuestas a dar ese abrazo que reconforta en los momentos bajos. Igual que Mireia, a la que llevan loca peinándole los rizos mientras ella aguanta con paciencia.
María Estela pone el ingenio ―y las canciones―, Sara la chispa de la gracia, sobre todo ahora que va siendo menos vergonzosa; y Carlita es la armonía y el equilibrio, siempre dulce y amable con todas. Así os vi a través de los ojos transparentes de Carmen, como un grupo increíble, divertido, travieso, y que inventa canciones como el Waka-Waka versión fallera que le habéis dedicado.
Pero, ¿y Carmen? A Carmen ya la conocéis todos un poquito. La habéis visto en la tele, en la prensa y puede que incluso la hayáis escuchado en la radio. Pero más allá de lo que la vista y los oídos alcanzan, hay una niña generosa, divertida, espontánea y muy sensata, que está dispuesta a entregarse con toda su alma para corresponder a este regalo único.
Carmen nos mira con cariño desde su Cadira d'Or, agradecida, con el corazón golpeando en su pecho como no creía que pudiera palpitar jamás. Un pecho en el que, por fin, luce su banda y la Joia que la identifican como nuestra máxima representante infantil.
Te estarás preguntando, Carmen ―o "Mari caras" como te llama cariñosamente tu yaya Carmen, porque no paras quieta cuando te van a hacer una foto―, cómo es posible que esto te esté pasando. Os confesaré que es algo que todas las que hemos ocupado ese trono nos hemos preguntado en algún momento. Puede que creas que ha sido porque vienes de una familia muy, muy valenciana, y también muy fallera.
Para muestra, este año pasado no solo tú fuiste la Fallera mayor Infantil de tu comisión, a la que perteneces desde que naciste, sino que compartiste reinado con tu hermana Alejandra ―que te cedió encantada esta oportunidad, porque ella prefiere vivir la fiesta a pie de calle y observarlo todo―, y además Carmen, tu madre, ―que te mira sin terminar de creerse que la niña que está sentada en ese trono sea su niña―, fue la Fallera Mayor. Pero no, no ha sido por eso.
Desde que tuviste uso de razón has querido, por voluntad propia, sumergirte en este mundo nuestro de las Fallas, hasta hacer prometer a tus padres que nunca iríais a esquiar en Fallas, y lo conseguiste. Y también has disfrutado con otras tradiciones, como la de San Vicente, de la que tu abuela Marisa es una gran devota. Y aunque todo eso ha sembrado en ti el amor por nuestra tierra y por sus tradiciones, algo fundamental para estar donde estás, creo que no ha sido eso lo decisivo.
Tampoco el que seas una estudiante aplicada, que habla inglés, valenciano, y además estudia chino para sorpresa de todos. Ni que toques la flauta travesera estupendamente. O que seas responsable, educada y cariñosa. Todo va sumando, claro, la lista sería enorme… pero no es solo por todo esto ―que ya sería suficiente―, por lo que ahora nos representas. Te diré por qué creo que estás en esa silla dorada: simplemente porque enamoras.
Todo lo que he dicho hasta ahora es muy valioso; la valencianía, además, imprescindible. Pero lo que te hace especial es tu carisma y personalidad, es la dulzura y alegría que siempre muestran tus ojos expresivos y sinceros, y esa sencillez que ni la banda ni la Joia podrán cambiar, como puede percibir cualquiera que te trate. Porque por mucho que te esfuerces y te hayas esforzado en estar en un segundo plano, en ocupar la segunda fila, tu luz termina por abrirse camino, lo quieras o no, de forma inevitable, y esa luz te ha llevado dónde estás ahora.
Por todo ello, aunque nunca creíste llegar a reinar, estás sentada en ese trono sin necesidad de recurrir a uno de esos hechizos de Kika Superbruja que tanto te gustan, y vivirás junto a María y Cloe ―las representantes infantiles de la fiesta de Castellón y Alicante que hoy nos acompañan―, y con las reinas de otras fiestas hermanas, aventuras inolvidables.
Tal vez tanta responsabilidad te cause respeto. No temas porque, además de con tus propias cualidades, cuentas con buenos escuderos en tu empeño. Tienes a tu familia, en la que hasta el pequeño Luis aporta su granito de arena, como hoy que ha querido estar a tu lado y darte una pequeña sorpresa; tienes a tu querida Laura ―para la que eres su "mini-yo―, y toda su Corte, que os apoyarán en todo. Y también a dos ángeles de la guarda, orgullosos y contentos, que te cuidan cada día aunque tú no los veas.
Pero sobre todo, cuentas con tu Corte, el principal apoyo de una Fallera Mayor tenga la edad que tenga. Las trece ya estáis compartiendo muchas cosas. Para vosotras, los días han dejado de tener un número finito de horas, las noches se prolongan a veces como si os hubierais hecho mayores, el cansancio baila con zapatos de tacón de carrete y vuestros caprichos se rinden ante la responsabilidad colectiva.
Vivencias únicas que crearán en vosotras lazos de amistad que durarán toda la vida. Os miro y siento añoranza por lo pasado pero alegría por nuestro futuro, porque como decía al principio, vosotras sois la esperanza de nuestra fiesta.
Hoy es vuestro gran día, un día inolvidable en el que todos nos rendimos a vuestros pies, pero me voy a permitir, para terminar, pediros algo a todas y en particular a Carmen, como ya se lo pedí a Laura cuando fue elegida:
Carmen, disfruta, nunca te lo creas, sé tú misma, siéntete orgullosa de ser valenciana y de representarnos a todos, pero hazlo con la humildad de quien se debe a los demás y está agradecida a su suerte, porque este año es único. Sé que lo harás porque así es tu naturaleza.
Igual que sé que todos recordaremos el día de mañana que tuvimos la fortuna de tener por Fallera Mayor Infantil de Valencia 2011, a Carmen Monzonís Valero. Y yo, además, la de haber sido tu mantenedora.
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